Skip to main content

¡Acuerdo de Paz! Primero en nuestro corazón.

¡Acuerdo de Paz! Primero en nuestro corazón.
¡Acuerdo de Paz! Primero en nuestro corazón.

¡Acuerdo de Paz! Primero en nuestro corazón.

En un hermoso lugar de la tierra, ubicado en la región noroccidental de América del Sur; con una superficie aproximada de más de 2 millones de km², entre los cuales casi 1 millón de km² corresponden a extensión marítima; y siendo la única nación de América del Sur que tiene costas sobre el océano Pacífico y acceso al Atlántico a través del mar Caribe, nació para algunos la esperanza, mientras para otros solo se estaba gestando la impunidad.

Luego de más de 5 décadas de conflicto interno armado, los actores del mismo lograron sentarse en una mesa de negociaciones que buscaba dar fin a toda una historia de tragedias que dejaba a mujeres sin esposos, niños sin padres y padres enterrando a sus hijos. Ante estas circunstancias, la llegada de la paz era necesaria y se constituía en uno de los momentos más anhelados por todos en ese bello lugar. Sin embargo, aunque existía un sentir común de la necesidad de paz, para algunos la forma como se estaba dando solo podía reflejar impunidad, entrega de la soberanía y apoyo a la ilegalidad sobre la institucionalidad.

Por otra parte, mientras el proceso continuaba, las esperanzas para muchos estaban centradas en representantes que por fuera de ese bello territorio, trataban de lograr acuerdos en los puntos que habían pactado en una agenda previa; mientras que alrededor de 47 millones de habitantes esperaban impacientes que la firma de un documento, lograra poner fin a una guerra que muchos solo la han vivido a través de los medios de comunicación; porque nunca escucharon como detona un disparo de fusil o no han visto, más que en imágenes de televisión; cuánto daño puede causar un artefacto explosivo. Todo esto es terrible, duele, dicen; pero ese dolor no es comparable con el de muchos otros que han tenido que poner a sus seres queridos o su propia integridad en ese juego sucio.

En ese bello lugar, son amantes de la paz, no quieren la guerra y protestan permanentemente por el respeto a la vida; pero se abstraen de la guerra interior que no les permite actuar en consecuencia con esa paz que tanto anhelan y exigen. Y es que esa guerra interior también causa estragos a esa hermosa sociedad y no permite CONVIVIR en paz.

Problemas que se solucionan con la ley del talión, ojo por ojo…; violencia al interior de los hogares, maltrato de indefensos niños y niñas por sus propios progenitores, intolerancia en los medios de transporte, en las calles de nuestros barrios, feminicidios por doquier. Muerte, rabia, odio que en gran medida no son causados por los gestores de este catastrófico conflicto, sino por los mismos que se rasgan las vestiduras pidiendo una sociedad mas humana.

Y es que la esperanza de paz está puesta por fuera de ese territorio, pero ¿Y qué hay dentro de nuestros corazones? Cuando el conflicto armado termine en los campos y por fin llegue la esperada paz, será necesario entonces iniciar diálogos al interior del corazón de cada uno de nosotros para tratar de lograr la paz al conflicto interno que no permite ceder el puesto a una dama, el cruce a un peatón o a un conductor, saludar a un vecino con el que no compartimos la misma opinión sobre algún tema, a pesar de tener claro que podemos tener ideas diferentes sin ser enemigos.

Es un deber enseñar a nuestros hijos que si deseamos de la paz, una verdadera experiencia de vida, deben buscarla de adentro hacia afuera; tratando a todos con la paz que tanto queremos.

Son estos pequeños detalles los que harán la diferencia para quienes no hemos vivido toda esta tragedia en carne propia, porque una vez llegue la paz al territorio, la única diferencia para muchos será lo que se vea en la televisión, mientras no busquemos espacios para tener diálogos con nuestro corazón y logremos firmar nuestro propio acuerdo de paz interior.

Qué piensas? Compártenos tu opinión.

Geobel E. Pallares Oliver
Director de Planeación Estratégica

#Líderesinmobiliarios

Araujo y Segovia S.A.

One thought on “¡Acuerdo de Paz! Primero en nuestro corazón.

  1. Para que se logre un efectivo tratado de paz, es necesario borrar muchas de las heridas del pasado, aunque esto pueda suponer que se cae en la impunidad, porque de lo contrario se seguirá en las mismas relaciones tensas y volverá el derramamiento de sangre que nadie quiere. Pensemos en lo que ocurrió en Sudáfrica con Nelson Mandelo, él promovió la paz y el perdón, utilizó la inteligencia emocional para dar el siguiente paso, de lo contrario el odio, la barbarie y los abusos quizás hoy en día tendrían vigencia.

Responder a Desarrollo Personal Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *